top of page

Mi historia: Ana.

Mi nombre es Ana y mis amigas y conocidas me identifican como una ambientalista un poco intensa a la que le encanta estar activa, pero siempre he pensado que esto se debe a tres cualidades que tengo desde chiquita: me encanta aprender, me apasionan muchas cosas y tengo un corazón de pollo.


Cuando digo “me gusta mucho aprender” no solo me refiero a que siempre fui la niña que se ganaba diplomas por haber rentado el mayor número de libros de la biblioteca, sino que también soy capaz de pasarme horas en el hoyo negro llamado Wikipedia leyendo sobre un tema que probablemente no vuelva a escuchar en mi vida. Creo que esto es más que nada porque soy una persona muy curiosa y me gusta entender cómo funcionan las cosas (¿tal vez por eso me convertí en ingeniera?). De hecho, mi podcast favorito se trata de resolver dudas aleatorias, desde cómo empezaron las razas de perros hasta quién le pone el nombre a los barnices de uñas (súper recomendado, se llama Every Little Thing).


Como les decía, muchísimas cosas me han apasionado a lo largo de mi vida. Cuando algo me gusta, me clavo durísimo y mi vida casi casi empieza a girar en torno a eso. Haciendo memoria, uno de los ejemplos más claros de esto es el patinaje en hielo. Fui patinadora desde los 6 años hasta los 21 años y sin duda mi pasión más grande siempre fue pisar el hielo, brincar y girar por horas y horas. Cuando dejé de patinar, esa pasión por algo se tradujo muy fácilmente a temas ambientales, ahorita les cuento por qué.


Para esto necesitan entender que soy una persona con corazón de pollo. Cualquier cosa me puede hacer llorar y esto hace que me cueste mucho trabajo ver las injusticias sociales y ambientales actuales y quedarme callada.


En septiembre del 2017, justo cuando tembló, yo estaba empezando a ver un documental que proyectaba Cambio, una organización estudiantil de mi universidad. Tembló, se cancelaron clases y me quedé con demasiadas ganas de ver la serie de documentales que iban a presentar. Fue una semana intensa, pero en mis tiempos libres decidí sentarme y ver todos los documentales ambientales que encontrara. Después de miles de horas en frente de la tele (la mayoría de estas en shock o muy triste), me di cuenta de que no podía tener toda esta información, desde la deforestación hasta el blanqueamiento de corales, y no hacer nada al respecto.


Hay una escena de un documental que se ha quedado conmigo desde que lo vi. Una persona joven le preguntaba a una persona mayor que le diera consejos en cuanto a qué hacer respecto a los problemas ambientales relacionados con el océano, a lo que le contestó: “haz todo lo que puedas, porque en algún momento tendrás mi edad, no podrás hacer mucho más y te arrepentirás de todo lo que no hiciste por proteger al planeta.” (No recuerdo si es la frase exacta, pero así se grabó en mi cabeza). Ese fue el call to action que yo necesitaba y lo que me llevó a hacer TODO lo que pudiera por fomentar un medio ambiente más sano y un desarrollo más sostenible. Empecé involucrándome con Cambio y poco a poco fui conociendo a más iniciativas y organizaciones que hacen cosas increíbles por la protección del medio ambiente.


Actualmente soy parte del equipo de Plastic Oceans México, mentora en la organización POP Movement, integrante de Cambio Colectivo y co-fundandadora de The Color Book, un proyecto para ayudar a todos a que su camino hacia la sostenibilidad sea más simple que el mío. Después de muchos años de no saber lo que me esperaba, puedo decir que me encanta lo que hago y agradezco todos los días a las personas que este camino tan sinuoso me puso enfrente.


9 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Sobre nosotras

Peregrinum nace de las ganas que tenemos de compartirte temas que consideramos problemáticos en el mundo, queremos contagiarte nuestro idealismo y nuestras ganas de cambiar al mundo.

Buscamos promover un estilo de vida resiliente, sostenible, justo y consciente a través de un espacio de intercambio de ideas que incentiven la acción. 

bottom of page